Tengo sentimientos encontrados con Kaiju No. 8

Ayer vi el episodio 5 de la esperadísima adaptación al anime del manga de Kaiju No. 8, y creo que ya me puedo permitir formarme una opinión de lo que queda por verse.

He de aclarar que yo estoy al día con el manga, por lo que mi opinión no va a estar tanto relacionada con la historia y su desarrollo sino más bien con la animación y la adaptación.

Comenzando por el diseño de personajes, me siento un poco estafado. Entiendo que no hayan podido usar la misma estética del manga en el anime, pero no me esperaba que el salto fuera tan brusco.

Pasamos de caminar en esa delgada línea que divide al shōnen del seinen y nos vamos a —como mucho—, una estética shōnen infantilizada. El efecto de esto es una drástica disminución del impacto de los momentos —valga la redundancia— impactantes de la serie.

Me ha gustado que la serie arriesgue a añadir escenas originales, siento que le aportan un valor añadido para los que estamos al día con el manga.

También me gusta que no tengan miedo a mostrar violencia real en las escenas de violencia, de hecho, si no me equivoco, ya hemos visto dos (2) lluvias de sangre —de kaiju, eso sí— en lo que va del anime.

Tengo entendido que la apuesta del comité por bandas extranjeras para el opening y el ending también está dando sus frutos, sumado a una agresiva campaña de marketing, todo indica que el anime va a ser uno de los más sonados de esta temporada.

Con sus más y sus menos, Kaiju No. 8 me parece una buena adaptación, que se atrevió a correr algunos riesgos y otros no tanto, con mucho potencial y que espero que sigan así.

No se me ocurre algún motivo de peso para no recomendarte que veas este anime, incluso si estás al día con el manga.

Y, al revés, si estás al día con la emisión del anime y quieres leer el manga, te recomiendo que lo leas desde el primer número.